Guerra del Fletán
En el último tercio del S.XX, el reducto de libertad para la navegación, el comercio y la pesca que había sido el Atlántico Norte durante siglos comenzó a menguar como resultado del esfuerzo de las naciones por controlar sus recursos marinos. Así, mientras los pujantes Estados ribereños como Canadá obtenían un mayor control sobre los recursos de su entorno mediante la ampliación de su soberanía sobre los mares, grandes flotas extranjeras como la europea –y, muy especialmente, la potente flota de España– reforzaban su presencia en los caladeros del Atlántico Noroccidental, hecho que no tardó en generar un conflicto de intereses entre ambos grupos de Estados. Esta contraposición de intereses, fue alcanzando mayor virulencia a medida que los recursos pesqueros tradicionales –como el bacalao– comenzaron a colapsar para perjuicio de las comunidades pesqueras que de él dependían, lo que forzó a los pescadores autóctonos y foráneos a refugiarse en otras pesquerías alternativas como el fletán.